¿Quién se anota a un viaje a Marte? Pero sin retorno…

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¿Alguna vez has soñado con mandarte cambiar lo más lejos posible? ¿O con ir a explorar otros planetas? Pues la organización holandesa Mars One anunció que abrirá las postulaciones para viajar a Marte muy pronto. Sin embargo, el viaje tiene sólo un boleto de ida, ya que la compañía no considera el retorno, para poder formar así una comunidad de colonos en el planeta rojo. Los que estén interesados tienen que tener en cuenta que tienen que ser personas fuertes, adaptables, ingeniosos y capaces de trabajar en equipo. Y, además, no tener miedo a la exposición pública, porque todo el proyecto será transmitido por televisión, desde la selección de los afortunados que será al más puro estilo reality, hasta el aterrizaje y la vida extraterrestre. Aunque si te vas a vivir a otro planeta y sin retorno, seguramente no te importará mucho salir en televisión.

El cofundador de Mars One, Bas Lansdorp, explicó que la razón por la que este viaje no tendrá regreso es que durante los 8 meses que dura el viaje, los astronautas van a perder masa de los músculos y de los huesos. Además, luego de pasar un tiempo en Marte, que tiene un campo gravitacional menos fuerte, sería casi imposible reajustarse a las condiciones de la Tierra.

Los postulantes serán entrenados física y psicológicamente y el equipo usará la tecnología existente en todos los aspectos del proyecto. Por ejemplo, la energía será generada con paneles solares, el agua será reciclada y extraída de la tierra y los astronautas plantarán sus alimentos. De todos modos, llevarán raciones de emergencia y recibirán más alimentos cada dos años, cada vez que lleguen nuevos exploradores.

Ahora, la pregunta que muchos se hacen es cuán realista es lograr que un grupo de personas logre vivir y prosperar en Marte. El planeta se encentra en la línea de fuego de las partículas de alta energía del Sol, conocido como el viento solar. Incluso se cree que debido a eso es que su atmósfera es tan delgada. Aquí en la Tierra, en cambio, nosotros estamos protegidos del viento solar con un fuerte campo magnético, sin el que sería mucho más difícil sobrevivir.

En Marte no hay agua líquida, la presión atmosférica es prácticamente un vacío, los niveles de radiación son más altos y las temperaturas varían de una manera salvaje. El nivel de radiación es preocupante, sobre todo durante el viaje, ya que implica un alto riesgo de cáncer, un sistema inmunológico debilitado y posiblemente infertilidad. Así mismo, existen riesgos desconocidos para la salud, ya que la radiación allá tiene una naturaleza muy distinta a lo que se ha probado en la Tierra. Para minimizar el efecto de la radiación, el equipo tendrá que cubrir los domos bajo los que vivirán con varios metros de tierra, pero eso sí, los colonos tendrán que cavar para conseguirla. Nadie dijo que iba a ser fácil la vida en Marte. Los postulantes serán advertidos de todos los riesgos, pero el equipo asumirá la responsabilidad de que esos riesgos sean razonables.

Hay quienes ponen en duda el que efectivamente se consigan los recursos para financiar el proyecto, como el astronauta de la NASA Stan Love, a quien también le preocupa la tecnología y el impacto de la radiación, pero que, sin embargo, aplaude este tipo de iniciativas porque está convencido de que organizaciones privadas como ésta ayudarán a crear conciencia y, ojalá, a descubrir o diseñar aparatos tecnológicos que contribuirán a que equipos del futuro logren alcanzar la meta de vivir en marte. Y agrega «Se suponía que la Luna iba a ser el trampolín a Marte, pero cuando uno estudia el problema se da cuenta de que es inmensamente difícil hacerlo».

Bueno y hablando de recursos… ¿Quién paga un proyecto de esta envergadura? Los más críticos se centran precisamente en la financiación y en la duda de si Mars One será capaz de atraer la atención del público durante muchos años, ya que el viaje sería transmitido por televisión… durante muchos años. El coste de enviar al primer grupo sería de unos US$3.800 millones. No es una cifra menor. Bas Lansdorp se siente confiado al respecto. Piensa que la financiación no será un problema porque planean vender los derechos de transmisión a la manera de la Olimpiadas. «Será lo más grande que la humanidad haya hecho jamás. En 15 años la gente todavía estará viéndolo en televisión», asegura.

De momento, habrá que esperar a ver qué sucede con Mars One. Lo que es seguro, es que al menos en sus principios, sin duda poder presenciar desde el living de tu casa cómo se desenvuelven los primeros colonos marcianos, será una tentación para el control remoto.

Fuente: BBC Mundo

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