La canción de las estrellas

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Un equipo de científicos estadounidenses convirtió las señales lumínicas que emiten estrellas distante en sonidos. Analizando la cantidad de ruido, pudieron hacer estimaciones sobre la gravedad en su superficie y determinar así en qué etapa evolutiva se encuentra la estrella, desde que son enanas hasta gigantes rojas.

La gravedad en la superficie de un objeto celeste es la aceleración gravitacional que experimenta en su superficie, la cual, según indican los autores de este estudio, es algo muy difícil medirla de una manera precisa. Gracias a esta propiedad, los astrofísicos pueden determinar si es una estrella enana, como el Sol, o gigante y más evolucionada. Para llevar a cabo este estudio aprovecharon las mediciones que se habían realizado de las variaciones en el brillo de más de 150.000 estrellas. De este modo, gracias a los datos recolectados por el telescopio espacial Kepler de la NASA, desarrollaron un método para determinar la gravedad superficial de las estrellas en pocos segundos.

Las variaciones en el brillo de las estrellas que son parecidas al Sol están impulsadas por muchos factores, incluida la granulación, que es una consecuencia de la convección de calor por debajo de la fotosfera (la superficie luminosa que la delimita). Como la granulación está relacionada con la gravedad en la superficie estelar, ésta se podría medir observando las variaciones en el brillo de la estrella. Un patrón del parpadeo de una estrella durante ocho horas sirve para determinar la gravedad de la superficie. Su procedimiento consigue una incertidumbre del 25% para estrellas enanas, similares al Sol. Las otras técnicas que se utilizan normalmente tienen una incertidumbre mucho mayor (de hasta un 150%), por lo que un 25% es un porcentaje muy bueno. Medir la gravedad de la superficie de una estrella es muy difícil y puede llevar horas o días de trabajo.

Este nuevo método desarrollado también servirá para ampliar el conocimiento sobre los exoplanetas, de los cuales no se pueden medir masas ni dimensiones directamente, sino que a partir de la información sobre las estrellas que orbitan. Al mejorar la medida de la gravedad en la superficie estelar, que a su vez indica el tamaño y la masa de la estrella, los científicos sabrán los tamaños y masas de los planetas que la orbitan con mucha más precisión.

Fuente: elmundo.es

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