Un nuevo telescopio robótico para trazar el mapa 3D del Universo fósil

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Los astrofísicos creen que el Universo comenzó a expandirse hace catorce mil millones de años. De acuerdo con la Teoría General de la Relatividad de Einstein y gracias a los telescopios más potentes, se llegó a la conclusión de que la velocidad con la que lo hace no es constante, sino que está aumentando. Hoy los científicos creen que una poderosa fuente de «fuerza», a la que llaman energía oscura y cuya naturaleza apenas se conoce, es la responsable de este efecto. Al mismo tiempo, otra misteriosa interacción, a la que llaman materia oscura, parece contrarrestar este fenómeno. Se concentra en el centro de las galaxias y origina gran parte de la atracción gravitatoria que frena la tendencia expansiva del Universo.

Este lunes el departamento de Energía de los Estados Unidos anunció la autorización de un proyecto científico que puede arrojar luz a la misteriosa cuestión de la energía oscura y la evolución del Universo. Se trata del Instrumento Espectroscópico de Energía Oscura (DESI en inglés), un dispositivo que tendrá capacidad para analizar más de 30 millones de galaxias y cuásares (distantes galaxias que emiten mucha radiación), con el objetivo de trazar el mapa del Universo más detallado.

«Este proyecto es una continuación de otros que ya están en marcha y que analizan campos muy grandes (amplias zonas del cielo), en los que hay muchas estrellas o galaxias, para sacar información detallada sobre la luz que procede de ellas», explica Carlos Allende, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias. «El objetivo principal es tomar espectros (una especie de huella dactilar de la luz) y ver la velocidad y la posición de las galaxias y los cuásares. Esto servirá para hacer un mapa tridimensional del Universo y ayudará a entender por qué se está acelerando y cuál es el origen de la energía oscura», añade.

Aunque ya ha habido telescopios, como el «Sloan Digital Sky Survey» (SDSS en inglés) que, a modo de navegantes ya han surcado los mares del espacio para trazar mapas, aún quedan muchos rincones y detalles por explorar. «DESI es un telescopio mayor que los anteriores. Va a llegar a estrellas y galaxias más lejanas y será diez veces más eficiente, puesto que será capaz de analizar más estrellas a la vez en cada observación», aclara el astrofísico.

5.000 brazos robóticos

DESI contará con la colaboración de 200 científicos y será gestionado por el Lawrence Berkeley National Laboratory. Será montado encima del viejo y pesado telescopio Mayall, que iba a ser desmantelado en el observatorio nacional de Kitt Peak, en Arizona, Estados Unidos. «El telescopio Mayall está construido como un acorazado (llega a las 375 toneladas), y puede soportar la nueva instrumentación del proyecto DESI, que pesa cinco toneladas, y que tiene que estar suspendida en el aire», explica Natalie Roe, directora del Laboratorio de Física de Berkeley y miembro de la comisión ejecutiva de DESI.

Encima de este mastodonte de metal, DESI instalará una nueva óptica, que consistirá en seis lentes correctoras de un metro de diámetro y en un nuevo espectrógrafo capaz de analizar la luz procedente de miles de astros de forma simultánea. Para ello, contará entre otras cosas, con 5.000 brazos robóticos cuya función será cambiar la posición de unas fibras ópticas del grosor de un cabello humano y cuyo cometido es captar la luz. «En los telescopios anteriores de este tipo había que colocar esas fibras en una placa de forma manual. Pero estos robots permiten hacerlo de forma mucho más rápida. Son capaces de captar la luz que proviene de cuerpos separados en el cielo y llevarla al instrumento», ha explicado Carlos Allende.

Uno de los primeros blancos de DESI será entender por qué la materia no se distribuye de modo uniforme por el Universo, una feliz circunstancia que ha permitido que en algunos lugares se concentrara y diera origen a nubes de gas, estrellas, galaxias y planetas. Según han declarado algunos científicos del proyecto, permitirá estudiar «las ondas fósiles» del Universo y estudiar los efectos gravitacionales de las grandes acumulaciones de masa sobre las galaxias. Con este mapa, incluso esperan poder poner a prueba la precisión de la Teoría General de la Relatividad.

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