Orion, la nave que regresará al hombre al espacio despega hoy.

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Todo está a punto para la prueba. Si el tiempo lo permite, a primera hora de esta tarde un cohete Delta IV despegará de Cabo Cañaveral, en Florida, para llevar por primera vez al espacio la nueva cápsula Orion. (Sigue el lanzamiento en directo aquí) Será el primer paso hacia la futura exploración humana del Sistema Solar y la primera vez, desde las misiones Apolo, que la NASA parece realmente decidida a que el hombre vuelva a viajar por el espacio.

No habrá tripulantes en esta ocasión, pero sí más de 1.200 sensores a bordo dispuestos a captar hasta el último detalle del funcionamiento de todos los sistemas, desde el despegue al desacoplamiento de las distintas fases del cohete, los sistemas de supervivencia, la resistencia del escudo térmico durante la maniobra de reentrada a la Tierra y, por supuesto, el amerizaje.

El siguiente vuelo de prueba de Orión no se llevará a cabo hasta 2018 y la primera misión tripulada tendrá que esperar un poco más, hasta principios de la década de 2020, aunque su objetivo no está aún del todo claro.

Orión, cuyo aspecto cónico recuerda al de las cápsulas Apolo, aunque en una versión bastante mayor, realizará un vuelo de cuatro horas y media, durante las cuales se pondrá en órbita de la Tierra a casi 5.700 km. de altura (la Estación Espacial internacional está a «solo» 400 km.) para reentrar después en la atmósfera como un bólido, a más de 32.000 km. por hora y soportando unas temperaturas de 2.200 grados centígrados.

Al final de su vuelo, caerá en el Océano Pacífico, a unos 1.000 km. de las costas de California, donde será recogida y llevada de vuelta al Centro Espacial Kennedy para ser examinada a fondo.

Si todo marcha según lo previsto, en cinco o seis años Orión podría estar preparada para llevar humanos hasta su primera misión. Una misión que, sin embargo, no parece estar aún del todo clara. Con el horizonte puesto en Marte, parece más probable, sin embargo, que la NASA opte por poner antes en práctica su idea de capturar un asteroide en pleno espacio para traerlo después hasta la órbita de la Luna. Sería el principio de una nueva industria, la minería espacial, destinada a obtener materias primas de los asteroides y liberar, de paso, a las exhaustas minas terrestres de una explotación intensiva que dura ya varios siglos.

Como parte de este ambicioso plan, no sería extraño que la agencia espacial norteamericana decidiera, como primer paso de ese proyecto, enviar seres humanos hasta uno de los asteroides preseleccionados para «echarle un primer vistazo».

La historia del proyecto Orión ha pasado por toda clase de dificultades y vicisitudes. La cápsula fue concebida durante la administración de George Bush como parte de un programa destinado a volver a enviar hombres a la Luna. Más tarde, y ante unos presupuestos cada vez más reducidos, Obama desestimó esa costosísima idea y canceló por completo el proyecto, pero permitiendo a la NASA una «versión reducida» de Orion para ser utilizada como «bote salvavidas» en la Estación Espacial Internacional. Al final, sin embargo, se optó por un diseño muy parecido al original y que permitiría enviar astronautas mucho más allá de la órbita de la Tierra.

De hecho, representantes de la NASA y de la empresa constructora, Lockheed Martin, han asegurado que Orión está específicamente diseñada para misiones de largo alcance. No en vano, puede transportar grandes cantidades de oxígeno y reservas de alimentos, y cuenta incluso con un pequeño cuarto de baño e instalaciones destinadas al ocio de los astronautas durante viajes de hasta varios meses de duración.

Fuente: ABC.es

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