Encuentran una luna perdida de Neptuno

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La pequeña Náyade, la luna más interna de Neptuno, de sólo 100 km de ancho, fue descubierta por las cámaras de la sonda Voyager 2 en 1989. Pero despué se perdió su rastro, oculta por el brillo del planeta. Hasta ahora, que investigadores del Instituto SETI en Mountain View, California, lograron observarla por primera vez desde entonces. Mark Showalter, investigador del SETI explica que «Náyade ha sido un objetivo difícil de alcanzar desde que la Voyager abandonó el sistema de Neptuno». Y es que Neptuno es 2 millones de veces más brillante que Náyade y ambos están muy juntos, separados sólo por un segundo de arco. Eso equivale al ancho de un cabello humano a unos 15 metros de distancia. Así que el equipo de astrónomos tuvo que desarrollar nuevas técnicas para eliminar el deslumbramiento de Neptuno hasta que Náyade fue finalmente revelada, moviéndose a través de una secuencia de ocho imágenes tomadas en diciembre de 2004. Lo extraño es que esta pequeña luna parece haberse desviado significativamente de su curso y los astrónomos están perplejos por el hecho de que esta luna se encuentre muy por delante de su posición orbital prevista. Ahora se preguntan si las interacciones gravitacionales con otra de las lunas de Neptuno pueden haber causado esta aceleración, aunque los detalles siguen siendo un misterio, de manera que los científicos reconocen que se necesitan más observaciones para entender el movimiento de la intrépida Náyade.

Además de sus lunas, Neptuno tiene una familia de débiles anillos y arcos de anillo. Los arcos han ido cambiando poco a poco en los años transcurridos desde su descubrimiento. La Voyager 2 vio un conjunto de cuatro arcos poco espaciados, pero en las imágenes más recientes los dos arcos delanteros desaparecieron y están completamente ausentes. Sin embargo, los arcos de arrastre permanecen esencialmente sin cambios. Este sistema de arcos está probablemente limitado por los efectos gravitacionales de la cercana luna Galatea, pero se desconoce la razón de los cambios a largo plazo.

Showalter y sus colaboradores, no sólo reencontraron a Náyade, sino que también anunciaron el descubrimiento de una pequeña luna de Neptuno en julio. Esa luna, que no tiene más de 20 km de ancho, recibe el nombre provisional de S/2004 N 1. Los nuevos resultados presentados este martes se basan en los análisis más detallados de las mismas imágenes, todas obtenidas por el Hubble entre 2004 y 2009. Y aunque Náyade es mucho más grande que la luna anunciada en julio, orbita más cerca de Neptuno y ha demostrado ser mucho más difícil de detectar. Showalter agregó que «Siempre es emocionante descubrir nuevos resultados en datos antiguos. Seguimos descubriendo nuevas maneras de ampliar el límite de la información que se puede extraer de la vasta colección de imágenes planetarias del Hubble».

 

 

Fuente: ABC.es

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