Los anillos de Saturno no son lo que parecen

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La intuición nos dice que un material opaco contendrá más masa que una sustancia translúcida. Por ejemplo, el agua turbia tiene más partículas de suciedad suspendidas que el agua clara. De igual manera, se podría pensar que en los anillos de Saturno las zonas más opacas contienen una mayor concentración de material que las más transparentes. Pero la intuición se equivoca a menudo, especialmente en un mundo diferente.

Científicos de la misión Cassini de la NASA han descubierto que un anillo de Saturno, el B, el más brillante y opaco de los que rodean al planeta, ha engañado a los astrónomos durante mucho tiempo. Aparentemente, su opacidad y reflexividad indican que es muy denso, así que debería tener una gran cantidad de material. Sin embargo, las cosas no siempre son como parecen.

Los investigadores encontraron que mientras la opacidad del anillo B varía mucho de una zona a otra, su masa no lo hace. Lo que hicieron fue «pesar» el centro casi opaco del anillo por vez primera, determinando su masa en varios lugares mediante el análisis de unas ondas de densidad creadas por la gravedad que ejerce sobre las partículas del anillo las lunas de Saturno y el propio planeta.

La estructura de cada onda depende directamente de la cantidad de masa en la parte de los anillos donde se encuentre. «En la actualidad está lejos de estar claro cómo las regiones con la misma cantidad de material de este tipo pueden tener diferentes opacidades. Podría ser algo relacionado con el tamaño o la densidad de las partículas individuales, o podría tener algo que ver con la estructura de los anillos», dice Matthew Hedman, autor principal del estudio y miembro de la misión Cassini en la Universidad de Idaho. «Las apariencias pueden ser engañosas», apunta Phil Nicholson, de la Universidad de Cornell, Ithaca, Nueva York, coautor del trabajo. «Una buena analogía es la niebla, mucho más opaca que una piscina, aunque la piscina es más densa y contiene mucha más agua».

Cuestión de juventud

La investigación sobre la masa de los anillos de Saturno tiene importantes implicaciones para su edad. Un anillo menos masivo evolucionaría más rápido que un anillo que contiene más material, llegando a ser oscurecido por el polvo de meteoritos y otras fuentes cósmicas más rápidamente. Por lo tanto, cuanto menos masivo sea el anillo B, más joven podría ser. Quizás unos pocos cientos de millones de años en vez de miles de millones.

Según los científicos, «pesar» el anillo B supone un paso importante en el intento de reconstruir la edad y el origen de los magníficos e impresionantes anillos de Saturno. Mientras que todos los planetas gigantes de nuestro sistema solar (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno) tienen sus propios sistemas de anillos, los de Saturno son claramente diferentes. Explicar por qué los anillos de Saturno son tan brillantes y vastos es un reto importante en la comprensión de su formación e historia. El análisis también encontró que la masa total del anillo B es inesperadamente baja. Fue sorprendente, dice Hedman, debido a que algunas partes del anillo B son hasta 10 veces más opacas que su anillo vecino A, pero la masa de B puede ser solo dos o tres veces superior.

A pesar de ello, los investigadores todavía creen que el anillo B contiene la mayor parte del material en el sistema de anillos de Saturno. Y aunque este estudio deja cierta incertidumbre acerca de la masa del anillo, una medición más precisa de la masa total de los anillos de Saturno está en camino. Anteriormente, Cassini midió el campo de gravedad del planeta, diciendo a los científicos su masa total y sus anillos. En 2017, la nave determinará la masa de Saturno volando justo dentro de los anillos durante la fase final de su misión. Se espera que la diferencia entre las dos mediciones revele finalmente la verdadera masa de los anillos.

Fuente: ABC.es

 

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