Diez cosas increíbles que vimos en el espacio en 2017

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1. Cassini arde en Saturno

Pocas misiones espaciales han aportado tanto a la ciencia como lo ha hecho esta. El pasado septiembre, la NASA anunciaba la desintegración programada de la sonda Cassini en Saturno después de un viaje de veinte años, trece de los cuales estuvo rondando el planeta de los anillos. Exhausto por la falta de combustible, el artefacto de dos toneladas y media se sumergió en su atmósfera y ardió como un meteoro hasta diluirse por completo. Ha dejado como legado innumerables hallazgos y una gran cantidad de datos que podrán ser analizados durante décadas.

Además, la fatídica inmersión, bautizada como la «Gran Final», fue en sí misma un prodigio, ya que la nave debía adentrarse 22 veces en el hueco de aproximadamente 2.000 kilómetros de ancho que existe entre Saturno y sus anillos. Ningún otro objeto humano había acometido antes semejante hazaña. La sonda fue impactada deliberadamente para evitar que acabara en alguna de las lunas cercanas, especialmente Encélado y Titán, que por sus características son objetivo de posibles exploraciones futuras.

2. La kilonova, hallazgo del año

Sin duda, ha sido lo más impresionante que hemos visto en el espacio no solo este año, sino durante mucho tiempo. Un amplísimo plantel de científicos anunciaba en octubre que, por primera vez, lograban observar con telescopios y escuchar con ondas gravitacionales el mismo fenómeno cósmico, la fusión de dos estrellas de neutrones que formó una kilonova en una galaxia a 130 millones de años luz. La detección, elegida por la revista Science como el hallazgo científico del año, fue seguida por más de 70 observatorios astronómicos terrestres y espaciales y más de 3.500 científicos de todo el globo. La observación del fenómeno inaugura una nueva era en la Astronomía, pero además viene acompañada de una serie de descubrimientos sobre el misterioso origen del oro, los estallidos de rayos gamma, etc…

3. El maravilloso sistema Trappist

La NASA reveló en febrero que Trappist-1, una estrella enana ultrafría a 40 años luz en la constelación de Acuario, tiene en órbita siete planetas de tamaño terrestre. Además parecen estar en la llamada zona habitable, es decir, a la distancia adecuada de su estrella como para que puedan albergar agua líquida. Estudios posteriores sobre el sistema indicaron, sin embargo, que las posibilidades de encontrar vida en esos mundos es muy complicada por diferentes circunstancias, como la peligrosa radiación ultravioleta procedente de la estrella o la falta de una cubierta de campo magnético.

4. El supereclipse

El eclipse solar de agosto no era más especial que el ocurrido en Indonesia el pasado año, pero la NASA supo convertirlo en el eclipse de la historia, el supereclipse. Que además cruzara todo EE.UU., el país de la ciencia por excelencia, de Oeste a Este hizo que el evento astronómico causara una gran expectación.

5. El misterioso visitante interestelar

Astrónomos de la Universidad de Hawái anunciaban el pasado octubre la detección de nuestro primer visitante interestelar: un objeto, probablemente un asteroide, llegado de fuera del Sistema Solar y que se paseó por nuestro vecindario cósmico. La roca, bautizada como «Oumuamua», tiene un color gris rojizo, es alargada y recuerda en tamaño y forma a la famosa torre Agbar de Barcelona.

Incluso hay quien ha buscado señales de radio por si se tratara de un objeto artificial, producto de una civilización extraterrestre, sin, de momento, ningún resultado.

6. De vuelta a la Luna

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este mismo mes su primera directiva sobre política del espacio con la orden de que los astronautas de la NASA vuelvan a la Luna, algo que podría hacerse realidad en una década. El objetivo es sentar las bases de un viaje aún más ambicioso: la llegada del ser humano a Marte, programado para el año 2033. En estas misiones será crucial la cooperación internacional y la participación de compañías privadas. Más información aquí.

7. El nuestro no es el único de ocho

La NASA anunciaba hace tan solo unos días el descubrimiento de un octavo planeta alrededor de la estrella lejana Kepler-90, lo que empata a ese sistema con el nuestro en el número de mundos que tiene en órbita. Los ocho mundos giran alrededor de una estrella similar al Sol situada a 2.545 años luz de la Tierra, en la constelación de Draco. Eso sí, forman un sistema más apretado. El nuevo exoplaneta fue identificado gracias a la aplicación del machine learning de Google, un sistema de Inteligencia Artificial que permite que las máquinas aprendan del entorno de una forma similar a como lo hace el cerebro humano.

8. Las Voyager cumplen 40 años en el espacio

Estos cacharros cuarentones son imbatibles. Lanzadas en 1977, las sondas Voyager 1 y la 2 llevan cuarenta años en el espacio logrando hitos increíbles: son los artefactos humanos que han llegado más lejos y tienen en su historial haber explorado por primera vez planetas gigantes y lunas exóticas. La 1 surca desde hace tiempo el espacio interestelar y su compañera lo conseguirá pronto. A pesar de su vetusta tecnología, estas sondas siguen cosechando ciencia.

Hace bien poco, ingenieros de la NASA lograban activar con éxito unos propulsores a bordo de la Voyager 1, después de 37 años sin utilizarlos. Gracias a esta operación, realizada a 20.000 millones de km de distancia, la nave podrá alargar su vida útil dos o tres años más.

9. El mundo donde nieva protector solar

El telescopio espacial Hubble descubría este año que en un abrasador planeta extrasolar a 1.730 años luz de la Tierra llamado Kepler-13Ab ocurre un fenómeno de lo más extraño: «nieva» óxido de titanio, el componente principal de los protectores solares. Pero esa precipitación solo se produce en el lado nocturno permanente del planeta, por lo que, ironizaban sus descubridores, cualquier visitante que llegara hasta allí dispuesto a broncearse con seguridad tendría que embotellar el producto, ya que no lo encontraría en el lado ardiente y diurno que siempre se enfrenta a su estrella.

10. La inquietante «estrella de Tabby»

KIC 8462852, más conocida como la «estrella de Tabby», lleva desconcertado a los astrónomos desde 2015, cuando fueron detectados una serie de extraños descensos en su brillo que no seguían ningún patrón aparente y a los que no encontraban explicación. El pasado mayo, la misteriosa estrella volvía a hacer de las suyas y se oscurecía de nuevo. Llegó a perder hasta el 2% de su brillo tras una sola noche de observación. A pesar de que numerosos científicos la siguen de cerca, todavía no tienen claro qué es lo que puede provocar esos «apagones».

Fuente: abc.es

 

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