Agua lunar

Por

por Néstor Espinoza*

No es un secreto que dependiendo de donde viajemos, el agua potable sepa un poco distinto debido a los distintos lugares desde donde es extraída y de las adiciones que le hace cada lugar al agua para que cumpla con las normas para ser llamada “agua potable”. En Chile, por ejemplo, el agua potable en las regiones Norte, Centro y Sur tienen sabores muy distintivos y, me atrevería a decir que podría adivinar, si me pasan un vaso de agua extraído de cada región, a qué zona corresponde cada vaso. Algo que no me podría imaginar y, por lo mismo, que probablemente no podría distinguir, sería el sabor del agua extraída de lugares distintos a nuestro preciado planeta: ¿se imaginan, por ejemplo, qué sabor tendría el agua potable extraída de la Luna? Pues bien, parece que l@s astronautas del futuro podrían estar muy cerca a ayudarnos a contestar esta sabrosa pregunta.

Un grupo de científicos estadounidenses publicaron el pasado 20 de Agosto un estudio en el que se muestra evidencia (casi) irrefutable de que la Luna contiene agua en y alrededor de sus polos. Esto había sido sugerido por estudios anteriores, pero todos ellos dependían mucho en los modelos usados para interpretar los datos, por lo que muchos mirábamos esos resultados con cautela. En general, resultados tan grandes como “agua en la Luna” siempre son mirados con precaución hasta que los “datos hablen por sí solos”, como irónicamente decimos los científicos para hacer notar que la evidencia es contundente.

El nuevo análisis de los datos del instrumento estadounidense M-3 abordo de la misión india Chandrayaan-1, que orbitó la Luna entre los años 2008 y 2009, muestran evidencia directa de agua congelada en cráteres de la Luna: se observó luz siendo reflejada directamente por el hielo presente en los mismos, lo que deja una señal que con casi nula ambiguedad implica la presencia de agua congelada en y alrededor de los polos de nuestro único satélite natural.

Pero, ¿cómo puede sobrevivir el agua en la Luna? Recordemos que ésta es iluminada constantemente por el Sol (sí, no existe el “lado oscuro de la Luna” -algo que incluso Pink Floyd tenía muy claro al ponerle el título a su disco que lleva ese mismo nombre-), lo que en principio debería evaporar cualquier rastro de agua presente en la misma. Aún así, existen zonas con poca o casi nula iluminación, usualmente en los polos y cráteres, de manera que de existir hielo de agua en la Luna, esta se puede mantener congelada y relativamente estable allí.

El gran detalle de este hallazgo, aún así, es que dichas zonas oscuras no están repletas de hielo, de hecho, solo alrededor de un 3.5% de estas zonas contienen agua congelada, la que además está mezclada con polvo lunar. Esto es interesante pues contrasta con la distribución de agua en zonas similares de otros cuerpos rocosos del Sistema Solar, en los que estas zonas están repletas. La Luna, aparentemente, no tiene tanta área cubierta de agua congelada, lo que algo nos podría estar diciendo sobre el mecanismo que entrega agua a nuestro satélite. Si esa agua viniése de impactos de otros objetos (por ejemplo, de pedazos de roca y hielo que divagan por el espacio y chocan en la Luna), ésta debiese tener una distribución más uniforme. Una de las hipótesis que podrían explicar las observaciones es que el agua presente en la Luna es “primordial”; es decir, es agua que ha estado allí desde los primeros (millones de) años de “vida” de la Luna. Esto sería espectacular: quizá esa agua contiene información muy util para develar bajo qué condiciones se formó nuestro satélite natural.

¿Y cuánta agua hay en la Luna entonces? Dados los datos, es difícil saber con certeza. La técnica usada para realizar el análisis no permite extraer información sobre la profundidad del hielo detectado; solo sobre su área de cobertura en la superficie lunar. Así, podrían ser superficies muy delgadas de hielo como también muy gruesas. De ser este último el caso, en un futuro cercano astronautas podrían ocupar ese hielo para convertirlo en agua potable, por ejemplo, y evitar el traslado de agua desde la Tierra en un posible viaje o estación Lunar, que es una de las partes más costosas en términos de transporte en este tipo de misiones. Interesantemente, esto cae como anillo al dedo a los planes de la NASA de volver a enviar humanos a la Luna, los que están enmarcados dentro de su proyecto de exploración espacial. De llegar a extraerse agua de este hielo Lunar en un futuro para consumo de astronautas en misiones lunares, esto convertiría a est@s astronautas en los primeros catadores de agua interplanetarios de la humanidad. ¡Qué envidia!

*Néstor Espinoza –  Astrónomo, Doctor en Astrofísica e Investigador del Max-Planck-Institut für Astronomie”. – twitter @nespinozap

 

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