¿A qué huele Marte?

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Diferentes expertos han defendido la necesidad de reproducir el olor de Marte en la Tierra con el fin de preparar a los futuros colonos que viajarán al Planeta rojo. A su juicio, es más algo psicológico que físico, ya que, según explicaron a «Universe Today», el nervio olfativo tiene una poderosa conexión con las áreas del cerebro implicadas en la excitación y la atención.

La historia cuenta que, después de caminar en la Luna, los astronautas del Apolo se dieron cuenta de que habían traído un poco de polvo con ellos hasta el módulo de aterrizaje. Cuando se quitaron los cascos, fueron capaces de oler la Luna: pólvora quemada y ceniza húmeda como una fogata que había sido apagada, fue su descripción.

Para los científicos, lo mismo puede suceder en Marte, por mucho que los «visitantes» sean cuidadosos. Además, ha recordado que la atmósfera del planeta es muy diferente a la de la Tierra. Los rovers han revelado que es rica en dióxido de carbono (96%), lo que significa que no aporta ningún aroma al ambiente. Sin embargo, su superficie contiene compuestos de azufre, ácidos, magnesio, hierro y cloro, por lo que  sí hay oportunidad de encontrar «fragancias» que puedan alterar a los visitantes.

Los expertos han defendido que la ‘unión’ entre el nervio olfativo y las áreas del cerebro implicadas en la excitación o la atención, puede ser un aspecto a explotar de cara a los astronautas y también al tiempo que éstos podrán estar de visita en el planeta vecino.

Aislamiento extremo

La Estación Espacial Internacional (ISS) tiene su propio olor particular. De acuerdo con el astronauta de la NASA Don Pettit, el módulo huele a una mezcla de tienda de maquinaria, combinada con una sala de máquinas y un laboratorio. Pero esta extraña mezcla no resulta rara para el hombre, ya que todo lo que allí se puede oler, es accesible en la Tierra.

Así, los científicos indican que con Marte la situación es diferente. No sólo por el olor, sino por su lejanía. «En la ISS, los astronautas pueden mirar hacia abajo y ver la Tierra siempre que lo deseen. Pueden mirar a su país de origen, y ver una geografía familiar. En Marte, nada de eso es posible. Los «marcianos» tendrán que lidiar con el aislamiento extremo», apuntan.

La principal preocupación de los investigadores es cómo este aislamiento puede afectar a las personas a la hora de pasar largos períodos de tiempo en un nuevo planeta. A su juicio, es una cuestión importante y, al mismo tiempo, una gran incógnita. Así, han advertido que estas situaciones de aislamiento pueden conducir a la depresión, el insomnio, la ansiedad, la fatiga, el aburrimiento y la inestabilidad emocional.

«A esto se añade el hecho de que los colonos marcianos ni siquiera serán capaces de ver la Tierra, y mucho menos el hecho del empequeñecimiento del Sol, unido a la carga psicológica de colonizar Marte», señalan los expertos.

Por ello, indican que sería necesario recrear el olor de Marte en la Tierra y comenzar a familiarizar a los astronautas a su exposición como formación previa a la colonización. En este sentido, apuntan hacia la tecnología conocida como «Headspace», por la cual se realicen mediciones espectroscópicas de la atmósfera de Marte para ser transmitidas a la Tierra y «captar» el aroma de Marte para ser recreado en un laboratorio.

Fuente: abc.es

 

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