Según los modelos actuales se cree que el Sistema Solar se formó a partir de una nube compuesta principalmente de hidrógeno y con algunos elementos más pesados como oxígeno, nitrógeno, argón etc., que en su totalidad no superarían el 5%. Esta nube no tenía una distribución homogénea y es probable que haya recibido algún estímulo externo que provocó una concentración de materia en su centro, donde se acumuló la mayor parte, colapsando. La materia trató de escapar, pero la fuerza de gravedad la presionó haciendo subir la temperatura a tal extremo que permitió la fusión nuclear del hidrógeno, y así esta esfera de gas empezó a brillar, naciendo el Sol.

El material restante se condensó formando discos más pequeños pululando alrededor de la estrella, los que colisionaron entre sí formando cuerpos de mayor tamaño, los planetas. El material restante a éste formó los asteroides, cometas y otros objetos helados. Todos estos cuerpos celestes se mueven alrededor del Sol siguiendo una órbita elíptica.

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