Un segundo meteorito pudo ‘rematar’ a los dinosaurios

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Un equipo de investigadores de varias instituciones y dirigido por Uisdean Nicholson, de la Universidad Heriot-Watt en Edimburgo, localizó lo que parece ser un cráter de impacto de 9 km de diámetro, enterrado bajo el fondo marino cerca de las costas de África occidental. Según un estudio publicado en Science Advances, el cráter encaja con un asteroide de unos 400 m de diámetro. El impacto se produjo en la misma época en que otro meteorito mucho mayor, de unos 13 km, tocó tierra en la bahía de Chicxulub y acabó con el reinado de los dinosaurios. Los investigadores especulan con la posibilidad de que el nuevo meteorito fuera un fragmento del que provocó la quinta gran extinción masiva de vida en la Tierra hace 66 millones de años.

Nicholson y sus colegas detectaron el posible cráter en los datos de reflexión sísmica obtenidos durante una prospección petrolera en la zona. Llamado cráter Nadir por un monte submarino cercano, el lugar del impacto se encuentra en la plataforma continental a solo unos cientos de kilómetros de la costa de Guinea, enterrado bajo unos 300 metros de sedimento y en un área donde el océano tiene una profundidad de 900 metros.

Según se explica en el estudio, la estructura detectada tiene todas las características de un cráter de impacto, incluido un borde elevado y signos de material expulsado fuera del propio cráter. El modelado, realizado por Veronica Bray, de la Universidad de Arizona en Tucson y coautora del artículo, sugiere que fue causado por el impacto de un asteroide de unos 400 metros de diámetro.

«Definitivamente -afirma Uisdean Nicholson- lo que hemos encontrado encaja a la perfección con un cráter de impacto».

Al mismo tiempo que Chicxulub

El cráter Nadir parece haberse formado hace unos 66 millones de años, al mismo tiempo que el cráter Chicxulub (de 180 kilómetros de diámetro) en lo que ahora es el golfo de México. Esa coincidencia temporal ha llevado al equipo a especular que el nuevo cráter africano fue hecho por un fragmento que se desprendió del propio asteroide Chicxulub.

Si la ruptura del gran asteroide hubiera ocurrido justo antes del impacto, dicen los investigadores, los dos cráteres estarían muy cerca. En cambio, Nicholson sugiere que la gravedad podría haber roto el asteroide durante una órbita anterior que pasó cerca de la Tierra, lo que provocó dos impactos con unos pocos días de diferencia. Algo similar a lo que sucedió con el cometa Shoemaker-Levy, que en 1992 se rompió en 21 fragmentos que dos años más tarde, y durante seis días, impactaron contra Júpiter.

Buscando más cráteres

Según Nicholson, es posible que también el asteroide Chicxulub se rompiera en varios pedazos, lo que implica que aún quedarían por descubrir varios cráteres asociados a aquél desastroso evento. Las razones de no haberlos encontrado son varias: esos cráteres podrían haber sido ‘borrados’ por la erosión o por procesos tectónicos; o también podrían no haberse formado en absoluto si algunos de los fragmentos cayeron en aguas profundas, de varios km de profundidad.

Por supuesto, también existe la posibilidad de que los dos eventos no estén relacionados entre sí, algo que el propio Nicholson contempla. Por eso, ha presentado junto a su equipo una propuesta para perforar el cráter Nadir y recuperar materiales que podrían confirmar si definitivamente se trata de una estructura de impacto, además de fechar el evento con una precisión mucho mayor.

Según los investigadores, el impacto de Nadir, por sí solo, no habría podido desencadenar un evento de extinción masiva, aunque sí habría tenido graves efectos en la región circundante, con tsunamis de hasta 500 metros de altura. En palabras de Nicholson, «habría sido un evento regional muy importante».

Lo que sí habría hecho el asteroide es aumentar ligeramente la temperatura global, ya que liberó carbono de las rocas contra las que impactó y desestabilizó los hidratos de metano del fondo marino.

El impacto de Chicxulub fue unas 1.000 veces más poderoso y bastó para cubrir todo el planeta de polvo en apenas unas pocas horas, causando la desaparición del 75% de todas las especies vivas en aquel momento. Pero en las costas de África, el Nadir habría sido suficiente para reforzar los efectos destructivos de ese gran impacto, acelerando el proceso de destrucción.

Fuente: abc.es

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