El planeta Vulcano existe, y hay varios

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El telescopio Kepler de la NASA ha descubierto muchos mundos nuevos y extraños: supertierras, diamantes gigantescos que flotan en el espacio, otros que parecen acuáticos, algunos de ellos incluso se encuentran en la llamada «zona habitable», o sea, que podrían albergar vida. Pero entre todos ellos existen unos especialmente raros por su extrema cercanía a su estrella anfitriona. Esos planetas se encuentran casi cien veces más cerca de su sol de lo que nosotros lo estamos del nuestro, y muchas de esas órbitas son mucho más pequeñas que las de Mercurio, nuestro planeta más interior. Los llaman Vulcanos, en honor al dios romano del fuego.

Entender el origen de esas supertierras tan cercanas a su estrella es un gran reto para los científicos. Astrofísicos de la Universidad de Northwestern y la de Florida lo intentan en una nueva investigación publicada en la revista Astrophysical Journal Letters. En su nuevo modelo, han descubierto patrones esclarecedores. Vulcano era el nombre dado al planeta más interior de nuestro Sistema Solar que se pensaba que podría existir dentro de la órbita de Mercurio, pero nunca fue encontrado. El nuevo estudio descubre que los planetas extrasolares Vulcanos tienen una propiedad: cuanto mayor sea la distancia de su estrella madre, mayor es su masa.

Formados in situ

Esta propiedad es una predicción de una teoría de la «formación de los planetas de dentro a fuera», propuesta el año pasado por los autores, que implica que estos mundos se formaron en sus ubicaciones actuales a partir de un anillo de piedras y pequeñas rocas entregadas desde más lejos. Tal formación «in situ» de los planetas a distancias muy cercanas a la estrella con material que puede venir de grandes regiones del disco de formación planetaria es un cambio radical de la mayoría de las teorías anteriores, que suponen que el nacimiento ocurrió en el exterior de los discos y luego se produjo una migración planetaria a las órbitas actuales.

Según explican los autores, la demostración de la existencia de diferentes modos de formación de planetas sería un avance clave para la comprensión de la diversidad de mundos que ahora están siendo descubiertos por los «cazadores de planetas».

Fuente: ABC.es

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